PASIÓN
POR EL RUGBY
Aunque
no parecía que tuvieran mucho en común antes de filmar juntos como Bond y el
malvado Raoul Silva, hay una pasión que une fuertemente a Craig y Bardem: el
rugby. Uno despuntó el vicio en un club chiquito de Inglaterra. El otro, en la
selección española.
El
británico de 44 años fue jugador del Hoylake RFC, un club con rugby, pero de
más tradición golfística: tiene la segunda cancha más antigua de Inglaterra y
en sus links se disputó 10 veces el Abierto Británico (el tercer major del
calendario), un torneo con sede rotativa desde 1870. En las canchas de Hoylake
(Royal Liverpool Golf Club) en 1967, Roberto de Vicenzo obtuvo su máximo logro
como golfista profesional: el British Open, en el que aventajó por dos golpes
nada menos que a Jack Nicklaus.
En el
número de noviembre de la revista española Cinemanía, Craig confiesa que si
bien tuvo un pasado deportivo, su físico ya no depende de la ovalada: “Hago
algo de ejercicio pero no practico deportes (...) soy una persona muy tranquila
y lo que me gusta es estar en casa, leer libros, escuchar música, ponerme al
día con los estrenos, ver partidos de rugby y fútbol en la tele…”. El tipo es
un verdadero fenómeno: se queda en casa, lee, escucha música, ve fútbol en la
tele… Somos muchos los que repetimos la fórmula sin los resultados en el físico
que obtiene Danielto.
LOS
UNIRÁ EL SEIS NACIONES
Sin
embargo, el último James Bond no se queda solo con ver rugby en la caja boba.
También le gusta ir a la
cancha. Y es aquí donde aparece Bardem. En la vorágine de
notas que dio en los últimos meses, Craig se encargó siempre de ensalzar a Bardem
por su don de gente, y habló mucho de su pasión común. “Es curioso, pero nunca
pudimos ir a un partido del Seis Naciones juntos. Él me regaló entradas para un
partido, y yo le regalé a él para otro. Pero nunca fuimos juntos”, le dijo a la
revista británica Short List.
BARDEM
EN LA FURIA
El cine
y la televisión obligaron a Javier Bardem a dejar el rugby en 1990, el día que
llegó a una grabación con un ojo en compota. La guinda o el set, le dijo un
director. Le costó mucho al canario, pero se decidió por la actuación. Y mal no
le fue.
Resultó doloroso para Bardem por varios
motivos. Primero, porque era buen primera línea. Jugó como pilar desde los 14
años en el Liceo Francés de Madrid (de allí también salió Sergio
Peris-Mencheta, protagonista de Love Ranch, junto a Joe Pesci y Hellen Mirren;
Peris Mencheta hace de Armando Bruza, el personaje basado en Ringo Bonavena) y
su nivel lo llevó a debutar en la selección española de cadetes el 15 de
febrero de 1986, en un partido ante Portugal, por el XV torneo del León, y que terminó con derrota 9-10.
Después siguió en La Roja, pero a los 23 años, colgó los botines. Un ex entrenador suyo, Tomy García,
dijo que, a diferencia de otros primeras líneas, Javier no era gordito: “Era
fuerte, y es que le gustaba mucho el deporte y cuidarse físicamente".
Asoma Javier Bardem, identificado con un circulito rojo, con la camiseta de la selección española.
Bardem no cancherea demasiado con su pasado en el combinado nacional español. Tampoco
jugó en los All Blacks. Alguna vez reconoció que “jugar al rugby en España es como ser torero
en Japón, una rareza”.
El segundo motivo es la consideración de Bardem hacia este
deporte, ya que lo reconoce como piedra basal de su personalidad y de su
carrera como actor. “Por mis 15 años jugando al rugby
tomé consciencia de la importancia de ser un equipo. Se lo importante de
conocer cuál es mi posición. Y sabiendo eso, sé que estoy apoyando a mis
compañeros para hacer algo juntos. Y cuando voy a un set de filmación, sé eso,
que es algo que aprendí del deporte”, dijo Bardem, luego de haber ganado el
Oscar al mejor actor de reparto por su papel en Sin lugar para los débiles, en
2007.
BARDEM CONTRA
ARGENTINA
Quizás alguno
recuerde al español en un papel deportivo. En Carne trémula (1997), su
personaje, David, es un policía que queda parapléjico por un balazo en la
columna vertebral, y rehace su vida convertido en un jugador de básquet en
silla de ruedas. Como en la vida real, también llega a la selección, y en la
película se lo ve jugando nada menos que contra Argentina, por una medalla en
los Juegos Paralímpicos de Barcelona 92. El final es para la Roja 56-52
(estuvimos cerca), con un David descollante: 20 puntos, 8 rebotes y 3
asistencias de promedio en el torneo (es ficción pura: Holanda, Alemania y
Francia se subieron al podio en esos Juegos).
Bardem en Carne Trémula. En silla de ruedas nos pasó el trapo en Barcelona 92.
LOS DEPORTES DE
BOND
Se pudo ver algo
de deporte en torno a la nueva película de 007 en los últimos meses. Por
ejemplo, al mismísimo Daniel Craig en la piel de Bond, depositando a la reina
en paracaídas en el Estadio Olímpico de Stratford.
La reina se tira en paracaidas con James Bond, en los Juegos Olímpicos de Londres.
O a Wayne Rooney
parodiando el trailer de Skyfall, en el que el Wonder Boy no busca a un villano
malvadísimo sino al tipo que le hizo el transplante capilar.
Rooney parodia a Bond y busca a los delincuentes que le hicieron el implante capilar.
Pero en la
historia de 23 películas, obviamente, hay algo de deportes. En el blog “James
Bond memes”, nos dice su autor, Edward Biddulph (un arqueólogo de Oxford): “Entre
sus misiones secretas, James Bond tiene tiempo para un poco de deporte. Sabemos
por su partido de alto riesgo en Goldfinger
que él es un entusiasta del golf, pero también que sabe esquiar, lo cual fue
muy útil cuando tuvo que escapar de las garras de Blofeld en Al Servicio Secreto de Su Majestad. Bond
es un nadador fuerte, como vemos en Vivir
y dejar morir, y revela en Operación
Trueno que el buceo es una de sus aficiones. Bond fue deportivo en su
juventud. Su obituario en Sólo se vive
dos veces nos dice que en la escuela Bond era atleta y boxeador, y que también
tomó clases de judo”.
Bond juega al gol. Y lo hace muy bien.
Y otro para
enterarnos de qué cuadros son los diferentes Bond de la historia.
Una vez más, ¡Brillante!
ResponderEliminarUna vez más, gracias Diego.
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