jueves, 14 de febrero de 2013

FERRELL Y EL BÁSQUET, SHAQ Y EL CINE


No fue el juego de 15 puntos y 11 rebotes de Luis Scola contra los Lakers, ni tampoco el extrañísimo partido de los 4 puntos de Kobe Bryant en 30 minutos ante los Suns. Al final, la atención del Lakers 91-Phoenix 85 del martes último se la llevaron Will Ferrell y Shaquille O’Neal.

Will Ferrell se lleva "detenido" a Shaquille O'Neal en el Staples Center de LA.

Aun no se sabe bien si fue para promoción, parte de la grabación de alguno de los extraños proyectos de Ferrell o simplemente ganas de hacer ruido, pero el actor se vistió de guardia de seguridad del Staples Center de Los Ángeles, se clavó unos bigotones y con su mejor cara de piedra escudriñó al público, como buen húsar de la ley. Llegado el momento, le llamo la atención a Shaquille O’Neal, que estaba en primera fila viendo a sus ex equipos, lo hizo parar y se lo llevó “arrestado” fuera del estadio. En su delirio, hasta eligió un nombre ficticio, que se ve en su gafete identificatorio: Ted Vagina. Quizá el nombre le haya quedado grabado de su participación en Austin Powers como Mustafá. En esa película aparece una muy apetecible y exuberante malvada de nombre Alotta Fagina (que suena como "mucha vagina" en inglés). Un dato para el orgullo: la actriz que interpreta a Alotta Fagina, Fabiana Udenio, ¡¡¡es Argentina!!!, aunque se fue a vivir a Italia de muy pequeñita. Pero quién nos quita lo bailado.




De todos modos, en estas páginas tenemos que resaltar lo que nos importa. Hay mucho deporte en la carrera del actor Will Ferrell y mucho cine en la del basquetbolista Shquille O’Neal.

FERRELL Y EL BÁSQUET

No es la primera aparición de Will Ferrell en un rectángulo de juego de la NBA. Hace un año, el 8 de febrero de 2012, hizo la presentación olímpica en el partido entre New Orleans Hornets y Chicago Bulls.

Si bien su voz resultó impecable, la data con la que acompañó a cada jugador no fue la tradicional: “En la posición de forward, con el número 5… todavía vive con su madre… Carloooos Boozer”. Y así siguió: “Como forward, número 9… colecciona aves raras y tiene un delfín llamdo Chachi… Luol Deng”. “Como centro, número 30, es de Escorpio y un espantoso bailarín… Yoachim Noah”.

Los locales también cobraron: “Como forward, de México, no habla un pomo de inglés pero igual lo queremos… Gustavo Ayón”, y así hubo para todos.

Hace un año, Ferrell hizo la presentación olímpica en un juego de NBA entre Hornets y Bulls.

Su otro vínculo con el básquet, más actoral aún, se produjo cuando se puso en la piel de Jackie Moon, dueño, entrenador y jugador de un supuesto equipo de una liga profesional en la película Semi Pro, en la que se parodia toda la década de los 70 y además, un hecho histórico real: la fusión entre la ABA y la NBA.

Ferrell protagonizó cuatro comedias deportivas entre 2005 y 2008, una por año: una de fútbol (Kicking and Screaming), una de automovilismo (Talladega nights: the ballad of Ricky Bobby), una de patinaje sobre hielo (Blades of Glory) y una de básquet (la ya mencionada Semi Pro, que merece un post aparte).

Trailer de la muy divertida Semi Pro (2008)


"SHAQ ATTACK" LAS CÁMARAS

El otro protagonista de esta historia, Shaquille O’Neal, es el caso del deportista que quiere se actor y que pocas veces lo logra. Pero hay que reconocerle el intento y su búsqueda.

Shaq debutó en la pantalla grande en 1993 haciendo un cameo en la parodia rapper  CB4, de Chris Rock, y en 1994 y con 22 años, ya se presentó como actor en el papel de Neon, un jugador universitario en la muy buena Blue Chips (con Nick Nolte y Penny Hardaway). Dos años más tarde tuvo su primer protagónico en Kazaam, dirigido por Paul Michael Glaser (Starsky de “Starasky y Hutch”), en una película unánimemente destrozada por la crítica, en la que hace de genio de una lámpara. En el 97 llegó otro bodriazo que lo tuvo como protagonista: Steel. Aquí, el ex jugador de Orlando Magic hace de un superhéroe de acero y, al menos, se autotoma el pelo por cómo tira los libres. En estas dos últimas, además puso el dinero.

Luego llegaría un nuevo cameo en otra comedia, Freddy got fingered, en 2001, mismo año en el que obtuvo otro rol pequeño en la otra película que quiso ser de risa, pero terminó defraudando: The Wash.

Shaquille también participó de Scary Movie 4 y en la muy buena He got game (1998, con Denzel Washington y el NBA Ray Allen), haciendo de si mismo, así como en After de sunset (2004, Pierce Brosnan, Salma Hayek) y en Good Burger (1997), en la que aprovechó su apodo de “comehamburguesas”. Destacada escena, en la que le preguntan, después de un partido cómo se siente y Shaq contesta “hambriento”.

El comehamburguesas en una película de hamburguesas: Good Burger. 

En su derrotero de cameos, también se dio el lujo de compartir cartel con un montón de ex conejitas playboy y el mismísimo Hugh Hefner en The House Bunny (2008).

Hay mucho “himself” en la carrera de Shaquille O’Neal, sobre todo en televisión. Quizás, para otra vez. Como despedida, les dejo la excelente parodia de MadTV, Shaq y los Super Lakers, con la introducción del comediante Aries Spears imitando al pivote. Imperdible.


 Capítulo de Shaq y los Super Lakers, en MadTV.






viernes, 8 de febrero de 2013

SANDRO, UN TIPO DE FIERRO

Cuando Antonio Cafiero terminó de confirmar, en 2009, que Perón era hincha de Boca, también explicó por qué el General no hacía pública su elección: No lo decía porque, evidentemente, cuidaba a las demás hinchadas de los otros clubes".

Igual de político resultó Roberto Sánchez, Sandro. Un personaje tremendamente popular, al igual que Perón, del que no hay certeza de su gusto futbolero y que “no quería hablar de política ni de fútbol porque son cosas que dividen a la gente”, según asegura Roberto Defazio, fan y conductor del programa “A todo Sandro”, conocedor del paño. Además de no querer dividir, y a diferencia de Perón, a Sandro no le interesaba para nada el fútbol. Ni el deporte en general. Se podría contar entre los argentinos menos deportistas de la historia. Sin embargo, hay deporte en la filmografía del Gitano.

ESTADIOS MÍTICOS DEL DEPORTE

En 1970 se convirtió en el primer cantante latino en presentarse en el Madison Square Garden (en el  Felt Forum del Madison Square Garden, que es el estadio secundario, pero Madison al fin, allí peleó Maravilla Martínez en 2012, como bien aclara Ernesto Rodríguez III), un templo del deporte neoyorquino (allí juegan de locales los Rangers, en la NHL, la liga profesional de hockey sobre hielo, y los Knicks del argentino Pablo Prigioni en la NBA).

Afiche de las dos presentaciones en el Madison Square Garden, un templo del deporte neoyorquino.

También fue el primer artista que hizo un recital en el Luna Park, en 1972, cuando el estadio solo albergaba veladas boxísticas. Ese mismo año llenó el Maracaná. Pero el deporte al que más se acercó fue el automovilismo. No porque haya madrugado seguido para ver al Lole Reutemann en la F1 o porque el TC lo volviera loco. A Sandro le gustaban los autos, un poco la velocidad, y además, el automovilismo fue el único deporte protagonista en una película suya: Siempre te amaré.

DE LA MANO DE PAIRETTI

En el film, de 1971, Sandro personifica a Fernando Andrade, un fenomenal piloto de la escudería Minelli, que además canta y baila en los boites porteñas, y, como varios de sus personajes de otras cintas, es arrogante y canchero. En el arranque, además, lo podemos vemos jugando al bowling y al golf.

Para esta película, que se grabó en parte en el circuito cordobés Oscar Cabalén, se utilizaron varios autos de TC y Sport Prototipo del piloto Carlos Pairetti, amigo del cantante, quien además dobló a Sandro en las escenas de velocidad. El dueño del mítico Trueno Naranja (un Steven Chevrolet 250 con el que ganó el campeonato de TC de 1968) contó que, por pedido de Oscar Anderle, co-autor de varios éxitos y casi un segundo padre del Gitano, jamás le prestaba los autos a Roberto. Pero un día le insistió tanto que solo sería una vueltita, que accedió. “Le di un Sport Prototipo, con volante a la derecha. La primera vuelta pasó bien, despacio; la segunda ya iba más ligero; en la tercera vuelta, en la curva 5 del Cabalén, se estrelló contra el guard rail y volcó. Quedó debajo del auto. No me alcanzaban las patas ni el auto que agarré para llegar a la curva a ver si le había pasado algo a él, porque el auto se arreglaba”, recuerda el santafecino.

Trailer de la película "Siempre te amaré".

Pero volvamos el film. Fernando Andrade (Sandro), que además de un playboy es un rebelde, desoye en un momento las órdenes de su jefe, Enzo Minelli (Alfredo Iglesias), quien pretende que el as del volante deje pasar a Carlos (Juan José Camero) para que gane la carrera por el bien del equipo. Obviamente, Andrade hace caso omiso de las pretensiones del malvado Minelli, y deja a todos mordiendo el polvo. Sergio Cutuli, en su blog “Cosas de autos”, describe este momento de manera brillante: “El tráiler es impagable, sólo superado por la escena de más dramatismo de la película en la que Sandro y Juan José Camero se disputan la carrera manejando con mocasines en el autódromo Oscar Cabalén de Córdoba; el trompo con posterior despiste es bizarro, con un auto de juguete filmado cuadro a cuadro. Luego, el cantante pierde la vista y queda postrado, pero es en ese momento donde encuentra el verdadero amor”. Véanlo ustedes mismos.

Escena del accidente en el que Fernando (Sandro) queda ciego. Además, corre en mocasines blancos. Hallazgo de Sergio Cutuli.

El deporte motor llega hasta la mitad de la película. Después viene la recuperación de Fernando Andrade, que está ciego y en silla de ruedas. El otrora rey de la velocidad cae en un centro de rehabilitación en medio de las montañas, donde empiezan a pasar cosas extrañas, como que la enfermera de la cual luego se enamora (Alicia del Solar, que aparece en los títulos como la “ganadora del concurso de Radiolandia y Canal 9”), lo está cuidando, le prende un cigarrillo y se lo pasa, contrariando cualquier ley de salubridad de una institución médica. O la discusión que tienen ambos protagonistas sobre dios, antes de la operación que podría devolverle la visión a Fernando, tras la cual la enfermera lo deja solo, en un balcón que da a un risco y que tiene solo una barandita de piedra que le llega hasta las rodillas… ¡y él está ciegooooo! Rayano con el abandono de persona.

Otro detalle fierrero son los anteojos para “hacer de ciego” que usa Sandro en toda esta parte del film. Son marca “Pairetti”, un diseño de su amigo el piloto, del que se vendieron, gracias al film y al título en TC de Pairetti, unos 60 mil pares.


Además de los autos, Pairetti aportó los lentes "de ciego" de Sandro en "Siempre te amaré".

No se sabe si fue a modo de homenaje, casualidad o liso y llano hurto, pero el director y guionista Leo Fleider (que dirigió 5 de las 13 películas de Sandro) bautizó al mayordomo de Fernando Andrade como Bujía, el mismo nombre del mecánico amigo de Meteoro en la japonesa serie de dibujos animados tuerca, estrenada en 1967, cuatro años antes que el film. 

Standing ovation para la defensa de Marcos Zucker, mecánico y mejor amigo de Andrade, cuando Alfredo Iglesias (Minelli) lo increpa por un despiste. 


Alfredo Iglesias: Lo que hizo tu protegido es una porquería.

Marcos Zucker: ¿Por qué? Usted jamás tuvo en sus manos una máquina de carrera para saber lo que se siente al perder cuando se es un ganador de raza.

Todavía lo están aplaudiendo en los cines. 

EL DESEO DE VIVIR: UN SPORTSMAN SIN DEPORTE

El deseo de vivir podría considerarse la segunda película deportiva de Sandro, porque aquí personifica a Rolo Medina, para variar, un playboy canchero y arrogante, que además practica muchos deportes, y en todos, si no está en la selección, debería estarlo.

Uno se entusiasma con semejante anuncio. Y encima, el film arranca con tres notas que aparecen en los diarios y que destacan la febril actividad del personaje del Gitano. “Rolo Medina ganó el campeonato abierto de polo. Realizó gran performance”. Perfecto. Luego: “Rolo Medina, el mejor jugador de rugby de la selección. Destacada actuación del gran valor”. Bien, aunque pareciera que tituló Minguito. Última: “Rolo Medina se accidentó durante la final de polo. Pudo tener consecuencias”. Promete. Pero no. En este primer minuto del film, casi que se acaba el deporte. Incluso estos artículos de la sección deportes se ilustran con fotos de Rolo Medina siempre de civil. No aparece una pelota, un taco, una gota de sudor… ni un vaso de Gatorade.

Inicio de "El deseo de vivir", donde se ve a un verdadero sporstsman como Rolo Medina (Sandro) pero solo en diarios. 

Después, la película va por otro lado. Nos cuenta cómo Sandro y Elena Sedova se enamoran, aunque ella es casada, y se aprovecha al deporte para justificar la visita de Rolo Medina al médico, justamente el esposo de Elena Sedova. Cuando le preguntan a Medina porqué se toma el costado, responde: “Un maldito golpe que me di jugando al polo”.

Después, Elena Sedova, en una sugestiva bikini naranja y gorro de baño amarillo, lo salva a Rolo luego de que este perdiera el control haciendo esquí acuático (raro accidente para un crack de todos los deportes cómo él) y entrada la película, aparecen escenas clipeadas en la que se lo ve al playboy jugando al bowling, con una pelota más parecida a una Pulpo que a una bola de boliche como la de El gran Lebowski. Y se acabó el deporte en una película sobre un deportista. Es más, es tan pobre el sostén deportivo del film, que el protagonista, al que le diagnostican 6 meses de vida, se cura (en realidad, no tenía nada, pero el malo de Juan José Miguez lo quiere hacer sufrir por haberle pedaleado la bicicleta; yo habría hecho lo mismo por la apetecible Elena Sedova) y no sabemos si vuelve a jugar a golf, al rugby o al polo. Solo sabemos que será feliz con la adúltera blonda.

¿DE QUÉ CUADRO SOS, ROBERTO?

No existe acuerdo posible sobre los colores favoritos de Sandro. Todos coinciden en que el fútbol le era indiferente, aunque sí veía en algunos partidos a la Selección. A diferencia del General, que no lo decía pero había hecho una elección, solamente una vez Roberto Sánchez reveló algún detalle en este aspecto de su vida. En la Telebiografía de la revista Antena del 21 de julio de 1964 para conocer al joven músico de 19 años que había debutado en Sábados Circulares, se produce el siguiente diálogo entre el periodista y Sandro:

Periodista: ¿Simpatía por algún club de fútbol?
Sandro: Por el más “simpático de todos”, Huracán.

La periodista Nora Lafon, una de las personas que más conoció al cantante hasta su fallecimiento el 4 de enero de 2010, insiste en que no era hincha de ningún equipo y que seguramente en esa nota de la revista Antena haya dicho lo primero que se le vino a la mente. El Gitano había transitado mucho por Pompeya y Patricios, y tenía al Globo a mano. Los hinchas quemeros se abrazan a esa nota y recuerdan, además, que Sandro nació en la maternidad Sardá, a pocas cuadras del estadio Tomás A. Ducó. Para ellos, esto como el certificado ISO 9002.

Otros dicen que, por haberse mudado a Banfield, se hizo hincha del Taladro de grande, y hasta hay quienes están convencidos de que era simpatizante de San Lorenzo, como le relataron sus custodios a uno de sus fans, Juan Gerardo Talerico, conductor del programa de radio “El mundo de Sandro”. La amistad con un cuervo de ley como Cacho Castaña pudo llevar a confusión, pero el periodista del chal blanco Cacho Rubio, lo desmiente: “pasé muchas noches con ambos, Cacho venía entusiasmado con San Lorenzo, contaba cosas, algún partido, y Sandro no le daba ni bola”.

A las referencias futboleras del cantante nacido en Valentín Alsina hay que buscarlas con lupa. Además de aquella nota, en la que también asegura que sus deportes son “el fútbol y el boxeo”, existe un reportaje con Pipo Mancera en el que el Elvis argentino empieza a renegar un poco del deporte rey: “Yo juego al metegol y a las bolitas, el que jugaba al fútbol era mi viejo”, quien sí era futbolero, y terminaba muchas de sus jornadas laborales con un picado a la salida de su trabajo en el frigorífico Wilson.

No hay mucho más deporte en la filmografía. Salvo que incluyamos a la película Tú me enloqueces, la única que escribió y dirigió Sandro, en 1976, y en la que coprotagoniza con Susana Giménez, una reina de los deportes, si tenemos en cuenta que en esa época  estaba de novia con el entonces campeón mundial de los medianos Carlos Monzón, y luego tuvo un romance con el flaco Norberto Draghi, primer basquetbolista en ser tapa de la revista Gente.
El Flaco Draghi con Susana. En la misma tapa con Reutemann, Picasso y Maradona. También con otros impresentables, pero bue...

Ver todas las fuentes
www.imdb.com
www.somosquemeros.com.ar
www.cosasdeautos.com.ar
http://newsmaker4.com.ar
www.youtube.com
Entrevistas con Nora Lafón, Cacho Rubio, Carlos Pairetti, Pablo Ferraudi, Roberto Defazio, Ernesto Rodríguez III y Graciela Guiñazú.