martes, 29 de noviembre de 2016

CHAPECOENSE-UNITED: LAS CASUALIDADES Y LA VERGÜENZA DE ESTAR VIVO


La tragedia del plantel de Chapecoense en Colombia, cuando se dirigía a jugar la final de la Copa Sudamericana, trajo inmediatamente el recuerdo de la que vivió Manchester United, el 6 de febrero de 1958, en circunstancias bastante parecidas. El MU de Matt Bubsy volvía de eliminar en cuartos de final de la Copa Europea (actual Champions League) en Belgrado, al Estrella Roja (2 a 1 en la ida en Inglaterra, 3-3 en Yugoslavia), y se había clasificado para las semis por primera vez, en donde esperaba el Milan italiano.

El avión que transportaba al equipo inglés hizo escala en el aeropuerto de Munich-Riem para reabastecer combustible y por efecto del hielo en la pista, se produjo un accidente en el tercer intento de despegue. Siete jugadores murieron en el acto, el DT Bubsy quedó muy mal herido y Duncan Edwards, una de las grandes promesas del fútbol británico, falleció dos semanas más tarde, en el hospital.

United (2011), una película hecha para la TV y dirigida por James Strong, cuenta la historia de los Bubsy Boys, de esa tragedia y de la resurrección del  Manchester United. Una historia inspiradora, cierto. Pero el film también refleja la tremenda dificultad de los sobrevivientes para seguir adelante.

El vuelo 609 de la British European Airways en el aeropuerto de Munich-Riem.


Bobby Charlton (interpretado por Jack O’Connel, el loco que quiere matar a George Clooney en Money Monster), que sufrió heridas leves en el accidente aéreo y luego se consagró campeón del mundo con Inglaterra en 1966, fue uno de los que más sufrió la culpa de haber sobrevivido. Charlton, que no era Sir aún, había marcado dos de los tres goles del MU en el 3 a 3 en la capital yugoslava. 


Bobby Charlton en el hospital de Munich, tras el accidente.

La otra figura importante en el relato es la del galés Jimmy Murphy, ayudante de campo de Bubsy, Murphy (David Tennant en el film) no viajó con el plantel del Manchester United porque se quedó en Cardiff para dirigir a la selección de Gales, de la que era DT principal, en el partido de vuelta del Repechaje contra Israel, para ver quién iba al Mundial de Suecia 58. 

Aquí es cuando entran a tallar las casualidades. 

Marcelo Boeck, el arquero suplente del Chapecoense, debía estar en ese vuelo que cayó en Antioquia, pero pidió no viajar con el equipo porque estaba lesionado y quería aprovechar para celebrar su cumpleaños con su familia. Salvó su vida. 

Murphy también debía estar en aquel el avión que se estrelló en Munich en 1958. Pero no estuvo. Gales había quedado fuera del Mundial 58 por haber sido segundo en el grupo 4 de las eliminatorias europeas, detrás de Checoslovaquia. Pero la negativa de Egipto, Indonesia y Sudán de enfrentar a Israel por cuestiones políticas, puso a la FIFA en la obligación de organizar una serie clasificatoria más, porque su reglamento dice que ninguna selección puede clasificar a un mundial si no se jugó ningún partido. Y el lucky looser que enfrentaría a los israelíes fue Gales. La ida se jugó el 15 de enero de 1958 en el estadio Ramat Gan, de Tel Aviv (2-0 para los europeos) y la vuelta, en Cardiff, el 5 de febrero. El mismo día del partido del United contra Estrella Roja. Un día antes de la tragedia. Murphy fue clave para lograr que los dirigentes de los Diablos Rojos no cerraran el club después del desastre. Y también es uno de los que sufre por no haber viajado en el vuelo 609 de la British European Airways.

Vale la pena ver United en estos días para entender un poco la otra parte de la tragedia. La de la vergüenza de estar vivo.

jueves, 8 de septiembre de 2016

EL ESCORPIÓN DE RENÉ HIGUITA

El Escorpión, la jugada en la que el ruliento arquero colombiano René Higuita decide, en lugar de embolsarla a lo Barisio, tirarse hacia adelante en secante y pegarle con las suelas de los botines a una pelota llovida de Jamie Redknapp que iba al arco, cumplió ayer 21 años. Fue un 7 de septiembre, en Wembley, en un amistoso en el que Inglaterra y Colombia igualaron 0 a 0. Nadie se acuerda de ese resultado. Todos recuerdan El Escorpión de Higuita.

Por la emblemática acrobacia (repetida por el golero paisa en cada partido homenaje al que fue invitado) René ya merece una película. Incluso la vida del arquero resulta muy cinematográfica. Sin embargo, aún no se ha llevado esa historia a la pantalla grande, aunque hubo, sí, intentos de series para televisión.

POR UN JUGO DE FRUTAS, APARECE EL ESCORPIÓN

La jugada nació en 1990, durante la grabación de la publicidad de jugos en polvo para diluir Frutiño (inmejorable nombre para un jugo de fruta) en la que el arquero debía juguetear con un chico al que le pide consejo sobre qué jugo tomar. Durante el rodaje, el director les dijo a René y a los niños que participaban que se liberaran a la hora de patear, y como un pibito le tiró una chilena, Higuita dice que intentó devolver la fantasía de alguna manera, así que ensayó una chilena pero al revés. Y quedó así.

                                                        Publicidad de jugos Frutiño, que dio origen a El Escorpión. 

Incluso, cuando terminó el partido contra los inventores del fútbol en 1995, Higuita, en una acción muy chinomaidanesca, tuvo tiempo de recordar al sponsor: "Ojalá que la gente de Frutiño se acuerde de la oportunidad que me dio para hacer esa jugada en un comercial”.

Años después del famoso 7 de septiembre, el arquero reconoció en una nota que se animó a hacer El Escorpión, porque vio que el juez de línea había levantado la bandera por un offside, pero que el árbitro finalmente no cobró.

El Escorpión se convirtió, el 22 de julio de 2008, en la más votada en una encuesta del sitio británico footy-boots.com sobre las mejores jugadas de fútbol de la historia, incluso por encima del gol de Diego a los ingleses y la bicicleta de Saturno.

GLORIA, CÁRCEL, DOPING Y CIRUGÍAS

René es hijo de una madre soltera que murió al poco tiempo de haberlo parido. Vivió su infancia con su abuela Ana Felisa en el barrio de Castilla, en Medellín, y tuvo que trabajar desde muy pibe. Llegó al arco de casualidad, ya que en su escuela era un delantero goleador, pero el día que fueron los ojeadores de Independiente de Medellín a ver chicos para llevarse al club, el arquero no estaba y El Loco ocupó su lugar. En 1989 fue parte del primer equipo colombiano campeón de la Libertadores, en una final en la que su Nacional le ganó por penales a Olimpia de Paraguay y en la que Higuita detuvo 4 y anotó el suyo en la serie.

Fue figura en su selección y en el Mundial del 90 marcó dos hitos. El más recordado: su frustrado intento de salir jugando con los pies, en el segundo tiempo del suplementario, ante el veterano camerunés Roger Milla, quien le robó el balón y convirtió el gol que dejó afuera de octavos de final a Colombia.  El segundo: fue tan revolucionario su estilo de jugar siempre rápido y con los pies, que después de ese mundial de Un’estete italiana, la FIFA prohibió que los arqueros pudieran levantar la pelota con las manos luego de un pase de un compañero. Extraoficialmente, a esa nueva regla se la conoce como “ley Higuita”. René los obligó a todos a imitarlo por el bien del espectáculo.

Visitó a Pablo Escobar Gaviria en la cárcel y estuvo preso 6 meses en el penal Modelo Nacional de Bogotá por intermediar en el pago de un secuestro para ayudar a un amigo, un procedimiento que estaba prohibido por la ley antisecuestros colombiana (la vuelta al fútbol después de estar en gayola es el comentario de los periodistas de la TV inglesa un segundo antes de que se produjera El Escorpión), por lo que se perdió el Mundial 94. Fue suspendido por seis meses por un doping positivo en un control cuando jugaba para el Aucas ecuatoriano, se retiró, deambuló por varios realities de TV en los que se sometió a cirugías estéticas y liposucciones varias, volvió a jugar, se volvió a retirar y se fue a Arabia Saudita, al Al Nasr de Pacho Maturana, en 2011, para entrenar arqueros. Hay bastante material en su vida. Pero película, aún no.

RENATO EN LA PANTALLA CHICA

Hubo dos series de la TV colombiana que lo tienen a René Higuita como protagonista. Una de 1996, llamada Higuita: sangre, sudor y lágrimas, con el actor Juan Pablo Franco en el papel del uno antioqueño. No fueron un éxito pero conserva un detalle novedoso: como Franco era medio rope bajo los tres palos, tuvieron que contratar un extra para hacer las escenas de riesgo. Y no encontraron uno mejor que… René Higuita.

 Juan Pablo Franco, el Higuita de la serie Sangre, sudor y lágrimas

La que si fue un suceso es la mucho más reciente La Selección, una serie de ficción producida por Caracol TV y basada en la vida personal y deportiva de Faustino Asprilla, Carlos El Pibe Valderrama, Freddy Rincón, Iván René Valenciano y, obviamente, de René Higuita, verdaderos héroes para el deporte colombiano. Dos temporadas (2013-2014) a 200 mil dólares por capítulo.

Duelo Higuita-Asprilla, en la serie La Selección (2012). 

En esta sí, las escenas deportivas (que son muchas) intentan ser reales (a veces lo logran, a veces no), pero al menos hay una preocupación. “Mi preparación empezó desde que me seleccionaron, en diciembre de 2012, para hacer de René Higuita. Lo primero que hice fue realizar una preparación física especial para adquirir potencia en las piernas. Recibía un entrenamiento básico sobre las funciones que tiene un portero. Hablamos algunas veces con René por Skype para preguntarle ciertas cosas, pero yo vi muchas horas en vídeos de sus partidos para aprender todos sus movimientos y gestos”, comentó el actor John Alex Castillo.
En La Selección, además, trabaja Andrés Parra, el que hizo de Pablo Escobar en El patrón del mal, y también en El señor de los cielos y La viuda negra. Para amortizar el costo de los bigotes postizos, en La Selección, Parra tiene una participación especial en la que, para variar, se pone en la piel del narco de Medellín. Otra víctima del mismo trastorno que Víctor Perón Laplace.

La primera temporada termina con el siempre recordado 5 a 0 contra Argentina, en el Monumental, al que en Colombia aún se recuerda como el hito máximo.

Existe una serie documental de 1994, Genio y figura, también de Caracol Televisión, en la que se presenta una semblanza de Higuita, además de las de Valderrama y el Tino Asprilla.

UNA NENA ITALIANA Y UN JAPONÉS

En la serie japonesa Saigo no Yakusoku (2009), un grupo decide secuestrar un edificio para aclarar la muerte de un compañero suyo. El difunto era arquero en un torneo de fútbol y como a los japoneses no les causa gracia los nombres del Equipo del Sol del Naciente como Yamimoto Nokamina o Tukulito Sakayama, lo apodaban Higuita, en honor al colombiano (esta versión no está del todo confirmada, porque mi japonés es pobre).

René también aparece en el corto italiano Il vero portiere (2012, de Lisa Riccardi) como ídolo e inspiración de una nena que vive para el arco y que se disfraza de nene para jugar un partido en el que sale como Higuita desde su área eludiendo a todos y marcando un gol antológico.

Corto italiano Il vero portiere (2012)

LA CONEXIÓN ARGENTA

En la serie La Selección hay un capítulo en el que se ve el primer penal que patea Higuita en su carrera (es el cuarto máximo arquero anotador de la historia con 41 conquistas, todas de penal o tiro libre). Con el visto bueno de Pancho Maturana desde el banco, El Pelao (John Alex Castillo) cruza toda la cancha y acomoda la pelota en el punto penal, mientras el relator comenta: “El duelo será entre el veterano argentino Julio César Falcioni, considerado de los mejores arqueros del continente,…”. Y acá sí la pifian porque el actor es más parecido al Jason Bourne de Matt Damon que al ñato DT de Banfield.

Penal que patea Higuita ante Falcioni, en la serie La Selección.

Otro detalle albiceleste de importancia en la vida de René Higuita es que siempre se dijo que adoptó su estilo de arquero-líbero después de haber sido suplente del tristemente fallecido Alberto Pedro Vivalda, de quien heredó el puesto y el apodo de Loco.

Fuentes:

http://www.patrimoniofilmico.org.co
http://bestiariodelbalon.com
http://www.marca.com

martes, 16 de agosto de 2016

POCOS AROS EN EL CINE OLÍMPICO


El cine está en deuda con el  básquet olímpico. Un deporte que ha dado más de 100 títulos al séptimo arte, no tiene ficciones estrictamente olímpicas con la naranja, y la lista solo se amplía a tres si hablamos de documentales. ¿Por qué?

La respuesta se puede encontrar en dos factores. Primero: más del 90% de los filmes de básquet son de producción yanqui. Segundo: el cine deportivo se apoya generalmente en la épica final, un resultado sorpresivo, trabajoso, inédito. Y en el medallero olímpico basquetbolero no hay épica yanqui. Ha ganado 14 de los 18 torneos de básquet en los Juegos, con solo 5 derrotas en 135 partidos. No muchos conflictos, no demasiados problemas. Los exsoviéticos podrían contar en una peli la final de Munich 72, pero como fue un poco un choreo, quizás se abstuvieron.

Pero basta de lo que no fue. Hablemos de lo que hay. Y de lo que hay, el Dream Team es el eje.

THE DREAM TEAM (ESTADOS UNIDOS)

Presentado cuando se cumplieron 20 años de la irrupción del que para muchos fue el mejor equipo de todos los tiempos, de todos los deportes (incluso mejor que el Huracán del 73), The Dream Team está dirigido por Zak Levitt, un especialista en docus deportivos, y que tiene en su haber un par de goles para NBATV como Clutch City (sobre los Rockets campeones 94 y 95), The 84 Draft (el del draft que tuvo a Olajuwon, Jordan, Barkley, Stockton y el brasileño Oscar Schmidt), The Doctor (sí, sobre Julius Irving) y Bad Boys (Pistons campeones, para los 30x30 de ESPN). También aparece como productor del extraordinario Once Brothers, quizás lo mejor de la serie original de 30x30 de la cadena deportiva que hoy dirige el ratón Mickey.


El documental habla de un equipo novedoso e irrepetible, que tuvo a 11 de los 12 jugadores del plantel como miembros del Hall of Fame, y con personajes extraordinarios, como Charles Barkley, que es el primero en decir: “No sé nada de Angola, solo sé que está en problemas”.

El relato comienza con la decisión de la FIBA de permitir la participación de los NBA en los Juegos Olímpicos, y cómo se fue armando un plantel, al que Michael Jordan no quería acompañar. A partir de allí, emergen algunas sorpresas alrededor de un equipo que no podía generar sorpresas en lo deportivo: se sabía que aplastaría a todo el que se le pusiera en su camino. The Dream Team va revelando que Isaiah Thomas se quedó afuera porque nadie lo quería, que el grupo, una sumatoria de egos enormes, terminó de ensamblarse en una gira por Montecarlo, previa a Barcelona; que el técnico Chuck Daly se lo llevó a Michael Jordan todos los días a jugar al golf para ganárselo, y que el equipo de los sueños, en su primer partido de práctica… perdió.

La presencia de Magic Johnson, que estaba volviendo a jugar después del retiro cuando descubrió que había contraído el virus HIV, es fundamental. Cuenta los hechos con la misma gracia y naturalidad con la que jugaba. Y con esa simpatía, Magic se asombra, a 20 años, de lo que provocó el primer Dream Team. Igual que Barkley, cuando habla del primer partido en el Preolímpico de Portland, contra Cuba: “Era raro. Nosotros les íbamos a patear el culo y ellos se sacaban fotos con nosotros”.

Es el mismo Barkley que, en 2010, cuando ingresó al Hall of Fame, cuenta lo que significó ese equipo: “Nunca la pasé mejor con nadie. Todos nos llevábamos bien, no había egos… nos divertíamos.  Por supuesto, todos me recuerdan que no he ganado un campeonato. Bueno, para mí, fue como ganar un campeonato, el ganar una medalla de oro y juntarme con esos muchachos”. Una clara muestra de que para los yanquis, el título más preciado es el de la NBA. No considera la medalla de oro olímpica como la obtención de un campeonato. Al final, Charles exagera un poco y dice: “hablé con Tony Parker, hablé con Ginóbili, hablé con Dirk Nowitzky y todos ellos me dijeron que su primer amor por el básquet comenzó con el Dream Team. Y estoy muy orgulloso de eso”. Pará la moto, Charles, que en 1992 Manu ya se preparaba para debutar en la primera de Bahiense del Norte.

THE OTHER DREAM TEAM (LITUANIA)

“Fue el momento de mayor orgullo en nuestra historia deportiva”. Así de grande se escribe la epopeya del equipo lituano que obtuvo la medalla de bronce en los mismos juegos del debut del Dream Team. En el documental, que dirige el norteamericano descendiente de lituanos Marius Markevicius, el mismo David Stern lo reconoce como “otro Dream Team, diferente, porque es el sueño de una nación”.

Es que este excelente film rescata una historia inmensa, con varias aristas que convierten a ese bronce en un hecho formidable. Porque aquí, el contexto es absolutamente político. Y pesado. No solo se relata el milagro deportivo en condiciones muy precarias, sino que se cuenta la historia de la anexión de Lituania a la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, y lo que significó para el básquet lituano, que venía de ser dos veces campeón europeo (1937 y 1939). 


La hipótesis inicial de The other Dream Team es inmejorable: imágenes del triunfo de la URSS sobre Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, segundos después de haber mostrado el zócalo con el record de los yanquis en la historia olímpica: 84-1 (derrota, quedó dicho, bastante polémica en la final de Munich 72). Gran victoria de la URSS, ¿no? Bueno, ahora te contamos que cuatro de los cinco titulares de ese equipo habían nacido en Kaunas. Arvydas Sabonis, Valdemar Chomicius, Rimas Kurtinaitis y Sarunas Marciulionis, todos lituanos.

Después de exponer la pica con el gobierno soviético, lo mal que se sentían cuando les decían que eran rusos, los contrabandos de jeans y electrónica comandados por Chomicius en cada viaje “a occidente”, la caída del muro de Berlín y la llegaba a la NBA de Marciulionis (con tintes de novela de espías), el docu se mete en la reconstrucción del país, que recuperó la independencia en 1990, pero que estaba devastado y, obviamente, no tenía dinero para encarar una experiencia olímpica. El esfuerzo de los propios jugadores se vio reflejado por el periodista George Shirk en una nota para el San Francisco Chronicle, que llegó a manos de la banda de rock Greatful Dead. Y fueron ellos, los rockeros, los que  aportaron dinero. Y no solo dinero. Tiempo después de un encuentro entre la psicodélica banda californiana con Marciulionis en Detroit, a los lituanos les llegó una caja con shorts y remeras con los colores de Lituania, y un logo que sería icónico durante los Juegos Olímpicos catalanes: el del esqueleto con la camiseta de Lietuva volcando la pelota. 


Luego de la derrota con el Dream Team en semis (imperdible ver a Karnisovas, protagonista del partido, sacando fotos desde el costado con una Kodak Instamatic), como no podía ser de otra manera, el duelo por el bronce es contra los opresores, los rusos, que participaban como Comunidad de Estados Independientes, y que les habían ganado en la fase de grupos.

El documental cuenta con los invalorables testimonios de un expresivo Bill Walton, Donnie Nelson (pieza clave para el encuentro con los Greatful Dead), David Stern, del expresidente lituano Vytautas Landsbergis, y además, relata en paralelo la llegada al draft de la NBA en 2011 de Jonas Valanciunas, nacido en 1992. Detalle poético si los hay. Mención especial para las fotos que acompañan los títulos finales: eso es el básquet.

EL CAMINO DEL ORO (ARGENTINA)

No es estrictamente un documental, porque se trata de un programa especial de ESPN, dentro del ciclo “Archivo Confidencial”, pero la verdad es que El camino del oro tiene todo lo que un docu puede tener.

Comienza relatando una derrota, en este caso, la de la final del Mundial 2002, y la construcción de un equipo que hizo historia. En Argentina, por convertirse en el primero en haber obtenido una medalla de oro olímpica en básquet. Y en el mundo, por haber sido el primero que venció a un Dream Team.


Con solo algunas aperturas para observar de dónde salieron y cómo se juntaron los integrantes de la Generación Dorada, el relato de El camino del oro es cronológico, con los protagonistas marcando sensaciones y reviviendo en los testimonios cada momento del que han pasado 10 años. Es una perla la declaración del verdugo argentino en la final del 2002, Dejan Bodiroga, con todos los condimentos para odiarlo: “Ocho puntos arriba a 2 minutos del final y hablar de los árbitros me parece un poco demasiado”. Cuando reconoce que la victoria en Atenas 2004, con la palomita de Manu, fue justa, trata de reivindicarse, pero ya es tarde. El daño estaba hecho.

AMIGOS SON LOS AMIGOS

En los tres documentales se habla de equipos deportivamente fenomenales, pero que adquieren un plus por la química y, fundamentalmente, la amistad. “Disfrutamos estar juntos, disfrutamos el viaje. Tomamos conciencia de los demás como personas. Entonces, cuando salíamos a la cancha, quizás era todavía mejor”, dice Magic Johnson en The Dream Team, donde se destaca más de una vez el disfrute y la aparición de “amistades improbables” como la Larry Bird, un chico blanco de Indiana, con el jamaiquino Pat Ewing. En The other Dream Team Marciulionis habla de esa “sensación increíble de amistad y victoria” luego de obtener el bronce en Barcelona. Y Hugo Sconochini define la misma sensación de manera magistral en El camino del oro: “No éramos compañeros de equipo sino hermanos de camiseta”. En todos hay lágrimas contenidas y emoción en el final.

SIMILITUDES Y ALGO MÁS

Existen otras películas y documentales donde el básquet olímpico aparece tangencialmente, como la muy buena Tiempo Muerto (2012), de los hermanos Baltazar e Iván Tokman, sobre los campeones del 50, en la que se habla de los Juegos de Londres 48 y un poco sobre la posibilidad argentina de podio en Melbourne, a los que no pudo ir la selección por la suspensión impuesta por la Revolución Libertadora del 55. También en la serie documental de cuatro capítulos La Argentina olímpica (2012), de Christian Rémoli, se relatan los sucesos que llevaron a la obtención del oro en Atenas, dentro del marco de la historia del olimpismo albiceleste.


Las biografías de algunos basquetbolistas incluyen menciones a los Juegos Olímpicos. Por ejemplo, Drazen (2006), arranca con un triple y un inmediato robo para otro triple de Petrovic contra el Dream Team en Barcelona 92. Al mismo juego olímpico refieren, muy brevemente, Magic Johnson: Always showtime  y Airtime, ambas de 1993 y con las mismas imágenes de archivo que utiliza The Dream Team.



Es mucho y muy bueno lo que ofrece Chócala, la serie española de 13 capítulos sobre la historia del básquet (1992), en materia de baloncesto olímpico. Por ejemplo, cuenta cómo fue el primer torneo olímpico de básquet en Berlin 1936, del que, curiosamente, no hay ni una sola imagen en el extraordinario y extenso (casi cuatro horas) documental de la directora Leni Riefenstahl sobre los considerados Juegos de Don Adolfo. En Chócala se pude ver al único judío en el equipo de Estados Unidos que ganó el primer oro olímpico del baloncesto, justamente en los Juegos del nazismo, y un basquetbolista de Canadá dice que solo había 8 medallas de plata para los deportistas (las entregaba el mismísimo canadiense James Naismith, inventor de este deporte), por lo que a varios de ellos les dieron una de bronce, luego de perder una final, que se jugó en una cancha de tenis de arcilla adaptada y bajo la lluvia. Final, sea dicho, dirigida por Avery Brundage, quien años más tarde fuera presidente del Comité Olímpico Internacional (sí, el mismo que decidió seguir los Juegos luego de la matanza de atletas israelíes en Munich 72).

Hay básquet olímpico en el cine con historias maravillosas y, por suerte, con equipos que jugaban bárbaro. Vale la pena entrarles.

Links:

The Dream Team https://www.youtube.com/watch?v=gAGTYC7IYeU
The other Dream Team http://putlocker.is/watch-the-other-dream-team-online-free-putlocker.html
El camino del oro https://www.youtube.com/watch?v=eTaJrMs0cw4