Por Diego Brunetti
Cuando pienso en la relación Deporte+Cine, lo primero que se me viene a la cabeza es Hoosiers (Ganadores o Más que ídolos según variaciones del título en español), esa película en la que Gene Hackman personifica al entrenador Norman Dale que conduce a una pequeña escuela secundaria al título estatal de básquetbol en Indiana (sí, disculpen, les conté el final pero esto ya es un clásico de La Claqueta, ¿o no?)
La historia, así contada, suena a la exagerada épica típica del cine, o
hasta de las clásicas telenovelas de la tarde donde la chica pobre conquista al
joven ricachón y uno descree diciendo: “Sí, claro, nadie se había dado
cuenta de que Natalia Oreiro estaba buena hasta que le sacaron la gorrita y el
jardinero”.
Norman Dale (Gene Hackman) al frente de su equipo en Hoosiers.
El tema con Hoosiers es que la
historia está inspirada en un caso real. Y digo “inspirada” porque Angelo
Pizzo, que fue el guionista (y también fue el encargado de escribir Rudy, otra gran película con el fútbol
americano como protagonista, que seguramente tendrá su lugar en este blog), se encarga
de aclarar constantemente que no es un intento de recreación de la temporada de
1954 donde la pequeña “prepa” Milan High School se quedó con el título estatal,
sino que eso fue sólo su inspiración.
En esa época, el básquet secundario de Indiana (considerado como el estado
más basquetbolero de los Estados Unidos. Para tener una idea, se recomienda
leer la biografía de Larry Bird, “Larry Bird Drive”, que tiene un capítulo
dedicado al tema) no estaba dividido en categorías de acuerdo a la cantidad de alumnos
como ahora, por lo que la gesta heroica del pequeño instituto rural ante las
escuelas multitudinarias de las grandes ciudades era posible.
Títulos iniciales y tema original de la película Hoosiers.
Hoosiers, además de ser considerado por muchos entre los mejores films
deportivos de todos los tiempos (para algunos EL NÚMERO 1), llegó a la red carpet en la entrega de los Oscar de
1986. Dennis Hopper, quien personifica a Shooter (el borracho del pueblo,
ex-jugador, padre de uno de los integrantes del plantel y asistente por
momentos del coach principal), fue ternado como mejor actor de reparto; y Jerry
Goldsmith (autor de las bandas sonoras de Planeta
de los Simios, Alien, La Misión, Rambo y Viaje a las Estrellas, entre otras) fue candidateado por la
excelente música.
La película tiene muchos puntos atractivos para el espectador deportivo (además de una infaltable historia de amor entre el protagonista y una maestra que mucho no nos importa). Uno de esos puntos a favor es la muy buena recreación de lo que tiene que ver con el juego (escenas de partidos, gimnasios, etc.) y otro es la representación de la forma en la que se vive el juego en los pequeños pueblos de Indiana. Sin dudas en este segundo punto, es inolvidable la escena en la peluquería, donde varios vecinos ilustres y no tanto, cuestionan situaciones tácticas al nuevo entrenador.
La trama recorre el camino de los Hickory Huskers, el equipo de una secundaria con 161 alumnos y un plantel reducido que viene de algunas malas temporadas y que incorpora a un nuevo entrenador con un misterioso pasado. Para el papel del coach Dale (quien hoy por hoy tiene su propia cuenta de twitter @Norman_Dale), el primer elegido no había sido Hackman, sino Jack Nicholson, quien no pudo hacerla por problemas de agenda (seguramente los días de filmación le coincidían con algún partido de los Lakers). La llegada de este nuevo entrenador modifica algunas cosas en el equipo, impone una disciplina nunca antes vista, es súper estricto en las prácticas en el pequeño gimnasio de la “prepa” (que hoy tiene su propio sitio web The Hooisergym http://www.thehoosiergym.com/ ), dedica mucho a la parte defensiva e intenta imponer un sistema de juego de mucha paciencia, que incluye al menos 4 pases para buscar la mejor opción (los New York Knicks tendrían en carpeta a Norman Dale para la próxima temporada). Todo eso genera polémicas en el pueblo y no tan buenos resultados, pero cuando están por echarlo a patadas, aparece Jimmy Cheetwood (la estrella del pueblo que había decidido no jugar más el año anterior) y condiciona su retorno al equipo a que Hackman siga al frente, momento de quiebre de la película.
La llegada de Jimmy era la pieza faltante para que los Huskers enderecen su rumbo y empiecen a ganar, avanzando etapas hasta llegar a las instancias estatales donde la competencia es cada vez más dura. Lo curioso con Maris Valainis (el actor que personifica a Cheetwood) es que era el único de los que formaban parte del equipo que nunca había jugado al básquet a nivel secundario, a pesar de su exquisita técnica de lanzamiento, que se ve claramente en la siguiente escena (en su versión en italiano):
Nota: Sobre esta escena el actor recuerda: “me propuse no escuchar lo que decía Gene y sólo me concentré en mi lanzamiento, y los tiros empezaron a entrar uno atrás de otro”.
El desenlace es el que todos esperan, y allí es donde se encuentran los más fuertes puntos de contacto con la historia real en la que se inspiró Pizzo. Los Hickory Huskers llegan a la final estatal frente a una escuela potencia en esa época (al igual que le pasó al Milan High School), jugando en una cancha del tamaño que nunca habían visto en su vida (se filmó en el estadio de la Universidad de Butler donde se definió el título del 54). Allí se produce la memorable escena (recreada por muchos entrenadores y que también pasó en la historia original) de medir el aro y la línea de libres para simbolizar que en lo que importa es igual que en su pequeño gimnasio. Es más, los últimos 18 segundos están recreados de manera muy similar, y el tiro ganador de Jimmy (Bobby Plump en la versión Milan High School 54) está lanzado casi desde el mismo lugar.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=p6_Tk_FyoVE (Nota sobre los
campeones del 54 que incluye imágenes de la final)
Tiro final de Jimmy Cheetwood en la película Hoosiers.
Obviamente, después de la victoria todos festejan, todos felicitan al
entrenador, todos celebran su forma de trabajo, todos confiaron en él desde el
primer momento (suena muy real,.¿no?), la historia de amor termina como siempre
pasa en las películas, y Hoosiers se
consagra para siempre en la memoria de los fanáticos que la siguen (seguimos)
venerando, además de un reconocimiento en el Hall de la Fama del Básquet de
Indiana en el año 2012.
Lo que viene, lo que viene: Hoosiers
merece otro post... y lo tendrá, con curiosidades de la película, de sus
protagonistas y de las similitudes con la historia real.
Fuentes: