miércoles, 17 de julio de 2013

HOOSIERS, O LA ESCUELA CHIQUITA QUE BAJÓ A LOS GIGANTES

Por Diego Brunetti

Cuando pienso en la relación Deporte+Cine, lo primero que se me viene a la cabeza es Hoosiers (Ganadores o Más que ídolos según variaciones del título en español), esa película en la que Gene Hackman personifica al entrenador Norman Dale que conduce a una pequeña escuela secundaria al título estatal de básquetbol en Indiana (sí, disculpen, les conté el final pero esto ya es un clásico de La Claqueta, ¿o no?)

La historia, así contada, suena a la exagerada épica típica del cine, o hasta de las clásicas telenovelas de la tarde donde la chica pobre conquista al joven ricachón y uno descree diciendo: “Sí, claro, nadie se había dado cuenta de que Natalia Oreiro estaba buena hasta que le sacaron la gorrita y el jardinero”.

Norman Dale (Gene Hackman) al frente de su equipo en Hoosiers.

El tema con Hoosiers es que la historia está inspirada en un caso real. Y digo “inspirada” porque Angelo Pizzo, que fue el guionista (y también fue el encargado de escribir Rudy, otra gran película con el fútbol americano como protagonista, que seguramente tendrá su lugar en este blog), se encarga de aclarar constantemente que no es un intento de recreación de la temporada de 1954 donde la pequeña “prepa” Milan High School se quedó con el título estatal, sino que eso fue sólo su inspiración.

En esa época, el básquet secundario de Indiana (considerado como el estado más basquetbolero de los Estados Unidos. Para tener una idea, se recomienda leer la biografía de Larry Bird, “Larry Bird Drive”, que tiene un capítulo dedicado al tema) no estaba dividido en categorías de acuerdo a la cantidad de alumnos como ahora, por lo que la gesta heroica del pequeño instituto rural ante las escuelas multitudinarias de las grandes ciudades era posible.

Títulos iniciales y tema original de la película Hoosiers.

Hoosiers, además de ser considerado por muchos entre los mejores films deportivos de todos los tiempos (para algunos EL NÚMERO 1), llegó a la red carpet en la entrega de los Oscar de 1986.  Dennis Hopper, quien personifica a Shooter (el borracho del pueblo, ex-jugador, padre de uno de los integrantes del plantel y asistente por momentos del coach principal), fue ternado como mejor actor de reparto; y Jerry Goldsmith (autor de las bandas sonoras de Planeta de los Simios, Alien, La Misión, Rambo y Viaje a las Estrellas, entre otras) fue candidateado por la excelente música.

La película tiene muchos puntos atractivos para el espectador deportivo (además de una infaltable historia de amor entre el protagonista y una maestra que mucho no nos importa). Uno de esos puntos a favor es la muy buena recreación de lo que tiene que ver con el juego (escenas de partidos, gimnasios, etc.) y otro es la representación de la forma en la que se vive el juego en los pequeños pueblos de Indiana. Sin dudas en este segundo punto, es inolvidable la escena en la peluquería, donde varios vecinos ilustres y no tanto, cuestionan situaciones tácticas al nuevo entrenador.


La trama recorre el camino de los Hickory Huskers, el equipo de una secundaria con 161 alumnos y un plantel reducido que viene de algunas malas temporadas y que incorpora a un nuevo entrenador con un misterioso pasado. Para el papel del coach Dale (quien hoy por hoy tiene su propia cuenta de twitter @Norman_Dale), el primer elegido no había sido Hackman, sino Jack Nicholson, quien no pudo hacerla por problemas de agenda (seguramente los días de filmación le coincidían con algún partido de los Lakers).  La llegada de este nuevo entrenador modifica algunas cosas en el equipo, impone una disciplina nunca antes vista, es súper estricto en las prácticas en el pequeño gimnasio de la “prepa” (que hoy tiene su propio sitio web The Hooisergym http://www.thehoosiergym.com/ ), dedica mucho a la parte defensiva e intenta imponer un sistema de juego de mucha paciencia, que incluye al menos 4 pases para buscar la mejor opción (los New York Knicks tendrían en carpeta a Norman Dale para la próxima temporada). Todo eso genera polémicas en el pueblo y no tan buenos resultados, pero cuando están por echarlo a patadas, aparece Jimmy Cheetwood (la estrella del pueblo que había decidido no jugar más el año anterior) y condiciona su retorno al equipo a que Hackman siga al frente, momento de quiebre de la película.



La llegada de Jimmy era la pieza faltante para que los Huskers enderecen su rumbo y empiecen a ganar, avanzando etapas hasta llegar a las instancias estatales donde la competencia es cada vez más dura. Lo curioso con Maris Valainis (el actor que personifica a Cheetwood) es que era el único de los que formaban parte del equipo que nunca había jugado al básquet a nivel secundario, a pesar de su exquisita técnica de lanzamiento, que se ve claramente en la siguiente escena (en su versión en italiano):


Nota: Sobre esta escena el actor recuerda: “me propuse no escuchar lo que decía Gene y sólo me concentré en mi lanzamiento, y los tiros empezaron a entrar uno atrás de otro”.

El desenlace es el que todos esperan, y allí es donde se encuentran los más fuertes puntos de contacto con la historia real en la que se inspiró Pizzo. Los Hickory Huskers llegan a la final estatal frente a una escuela potencia en esa época (al igual que le pasó al Milan High School), jugando en una cancha del tamaño que nunca habían visto en su vida (se filmó en el estadio de la Universidad de Butler donde se definió el título del 54). Allí se produce la memorable escena (recreada por muchos entrenadores y que también pasó en la historia original) de medir el aro y la línea de libres para simbolizar que en lo que importa es igual que en su pequeño gimnasio. Es más, los  últimos 18 segundos están recreados de manera muy similar, y el tiro ganador de Jimmy (Bobby Plump en la versión Milan High School 54) está lanzado casi desde el mismo lugar.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=p6_Tk_FyoVE (Nota sobre los campeones del 54 que incluye imágenes de la final)



Tiro final de Jimmy Cheetwood en la película Hoosiers.

Obviamente, después de la victoria todos festejan, todos felicitan al entrenador, todos celebran su forma de trabajo, todos confiaron en él desde el primer momento (suena muy real,.¿no?), la historia de amor termina como siempre pasa en las películas, y Hoosiers se consagra para siempre en la memoria de los fanáticos que la siguen (seguimos) venerando, además de un reconocimiento en el Hall de la Fama del Básquet de Indiana en el año 2012.


Lo que viene, lo que viene: Hoosiers merece otro post... y lo tendrá, con curiosidades de la película, de sus protagonistas y de las similitudes con la historia real.

Fuentes:


viernes, 5 de julio de 2013

EL DÍA QUE VILAS GANÓ WIMBLEDON

Se escuchó mucho, tras la derrota de hoy de Juan Martín del Potro ante Novak Djokovic en semifinales, que el césped volvió a ser esquivo para los argentinos. Que estuvieron cerca (Nalbandian llegó a la final en 2002 y perdió con Lleyton Hewitt) pero que nunca un compatriota pudo levantar el trofeo en el All England. No es cierto. Hubo un argentino que ganó Wimbledon. Ese argentino es Guillermo Vilas.

Fue en su única participación como actor en un film, en la película Players (1979). Allí, Vilas se personifica a sí mismo y enfrenta en la final de Wimbledon al protagonista, Chris Christensen (Paul-Dean Martin, hijo de… sí, Dean Martin), un jugador norteamericano del montón que, en medio de un romance con una enigmática señorita, empieza a jugar bien y termina en la final del Abierto Británico.


Afiche de la película Players, en la que Vilas gana Wimbledon.

En Players, que está basada en un libro, Willy es el monstruo a vencer en el partido decisivo. Todo arranca mal para el yoni, que ve como los dos primeros sets se van 6-1 y 6-4, pero llega la chica (Ali MacGraw, que venía de un exitazo como Love Story, con Ryan O’Neal), él la ve en la tribuna del All England, y cambia el partido (cualquier similitud de argumento con Wimbledon, la de Kirsten Dunst y Paul Bettany que dan cada tres días en el cable, es pura coincidencia). Con esfuerzo se queda con el tercer y cuarto set gracias a un doble 7-5, y llegan parejos al final del quinto. Parece que el hijo de Dean Martin lo va a conseguir, pero el argentino le arruina la fiesta. A pesar de dos globos muy cortos, poco dignos del verdadero Guillermo, Christensen la deja en la red y Vilas gana el set definitivo 7-5. Slow del mini festejo del mejor jugador argentino de todos los tiempos, y andá a cantarle a tu viejo con Jerry Lewis. 

En la vida real, Vilas, que acuñó la famosa “el pasto es para las vacas”, nunca pasó de cuartos de final en el British Open.

Aquí, imágenes de la película.

EL HIJO DE DEAN MARTIN, ACTOR Y TENISTA

La película en la que Vilas gana Wimbledon ni se llegó a estrenar en el país y pasó sin pena ni gloria por el resto del mundo, aunque por su actuación en ella, Paul-Dean Martin se llevó una nominación al Globo de Oro como revelación. Es que Martin, además de actor, era también tenista, y de hecho, pidió como condición para participar del film que se rodara fuera de su calendario de competencia. Martin hijo llegó a jugar el torneo de junior de Wimbledon.

En Players, Martin no solo muestra sus dotes con la raqueta. En un parate de su gira tenística, ya noviando con la chica, se mete a jugar al fútbol en un picado con unos nenes, que lo sacuden para que tenga un par de veces. Pero, héroe al fin, Martin hace un gol y lo festeja como si fuera el de Caniggia a Brasil en el 90. Paul-Dean Martin trabajó en otra película deportiva: Corazón sobre ruedas, de automovislimo.

EL DEBUT ACTORAL DE MCENROE

Varias figuras del tenis de los 70 y 80 participan con cameos en este film: el rumano bigotón Ion Tiriac, entrenador de Vilas; John McEnroe, que dio su primer paso en la actuación aquí  y luego estuvo en muchísimas películas, casi siempre burlándose de sí mismo o comentando tenis (Zohan, la ya  nombrada Wimbledon, Locos de ira, La herencia del Sr. Deeds), otro rumano como Ilie Nastase (número 1 del mundo en 1973, ganador de Roland Garros y el US Open) y el primer marido de Chris Evert, John Lloyd.

EL INDIO QUE AMARGÓ A JAITE

Párrafo aparte para Vijay Amritraj, que luego obtuvo un pequeño papel en Octopussy (de la saga James Bond) y en Star Trek IV (era capitán de una nave espacial). Considerado uno de los mejores tenistas indios de todos los tiempos (fue 16to del mundo en 1980), protagonizó una épica victoria en el quinto partido de la semifinal entre India y Argentina, sobre Martin Jaite, en 1987. Gracias a ese punto, los hindúes llegaron por segunda vez en su historia a la final por la ensaladera de plata, logró que habían alcanzado en 1974.

El guión es de Anrold Schulman, también guionista de Y la banda siguió tocando (una de las primeras películas que tocó el tema del SIDA), Tucker: un hombre y su sueño (de Coppola), Cimarron y A chorus line, entre otras. Y su director, Anthony Harvey también dirigió, entre otras, El león de invierno, ganadora de tres Oscars y en la cual también estuvo nominado como mejor dirección.

En ese mismo año de 1979 se estrenó otra película de tenis, que tuvo menos repercusión incluso que Players. Se trata de Racquet, también con Ilie Nastase y el debut cinematográfico del sueco Bjorn Borg.


BONUS TRACK

Un video de un particular que consiguió participar como extra de la película y filmó el backstage. Obviamente, está Willy.